El elevador espacial es uno de esos ingenios surgidos de la ciencia ficción que, parecía algo tan fantástico como irrealizable.

Básicamente es una estación espacial en órbita geosincrónica con la Tierra, de la que parte un cable de más de 36.000 km que llega hasta el suelo. Para mantener el equilibrio de la estructura, los ponentes de esta tecnología futurista proponen utilizar un tramo de cable idéntico extendido hacia el espacio o bien un contrapeso, de tal suerte que el cable estaría en equilibrio con su centro de masas en órbita geosíncrona. Una vez el cable en su lugar, pueden subir y bajar por él naves y cargas a un coste mucho menor que el que supone lanzarlos por medio de un cohete (prácticamente, el coste de la electricidad necesaria para impulsar el ascensor).

Arthur C. Clarke en The Fountains of Paradise y Charles Sheffield en La telaraña de los mundos fueron el primeros en sugerir su utilización para enviar personas o material al espacio sin necesidad de cohetes u otro tipo de naves.

El concepto, llevado a la realidad fue formulado por el ingeniero ruso Yuri Artsutanov en 1960, dentro de un artículo del diario Pravda («To the cosmos by electric train»), aunque reconocía que la resistencia a la tracción necesaria para construir el cable no podía obtenerse con ningún material conocido en ese momento.

En la actualidad, la NASA está interesada en llevar a cabo un prototipo y ya en 2006 convocó un concurso para evaluar los mejores diseños posibles.

Más información en www.spaceelevator.com | wikipedia

Oscar Pistorius es un atleta sudafricano de 20 años al que siendo bebé amputaron ambas piernas a raíz de una malformación degenerativa. Hoy es un ejemplo para todos ya que a pesar de sus limitaciones ha logrado poder competir contra corredores «normales» en la próximas olimpiadas de Beijing 2008 tras una batalla ante el tribunal olímpico de arbitraje deportivo para determinar si podría tener ventaja sobre otros atletas.

En su currículum tiene un oro en los 200 metros y un bronce en la carrera de 100, en los Juegos Paralímpicos de Atenas 2004. y los récords mundiales paralímpicos de 100, 200 y 400 metros. Su marca actual (46.56) está a apenas tres segundos del récord mundial y a sólo dos de la marca de la final de Atenas. Le llaman Blade Runner.

Para poder realizar estas hazañas cuenta con dos prótesis llamadas «cheetahs«, que fabrica una firma especial en Islandia. Cada par cuesta más de 20.000 euros y le permiten correr sin demasiados problemas.

Las cheetahs son motivo de discordia ya que hay quien dice que las suelas de dichas prótesis le proporcionan una amortiguación mejor que la de las zapatillas normales (aunque con lluvia en la pista le pueden dar problemas). Queda abierto el debate de si es justo o adecuado el uso de la tecnología en las competiciones deportivas. Quizá en el futuro veamos inventos similares que potencien las capacidades físicas de los atletas.

En todo caso, enhorabuena a este deportista que con tanto tesón y esfuerzo conseguirá estar en lo más alto del deporte mundial.

La primera impresión es la que cuenta, y si nuestra tarjeta de visita refleja nuestro caracter o el de nuestra empresa debería ser original y sobre todo muy personal. Esto es lo que encontramos en reencoded: una muestra de diferentes tarjetas de visita en las que su diseño se adapta perfectamente a la persona o al tipo de actividad de su empresa y que además son (muchas de ellas) muy buenas.

Aquí quedan varios ejemplos, incluida la del mítico hacker Kevin Mitnick, cuya tarjeta es un kit de ganzúas, ;-) y, como comentaba, podeis verlas todas en reencoded.