Imágenes: Acuario de Monterrey
Macropinna microstoma, una especie de pez descubierta hace 70 años, causó un considerable revuelo entre biólogos marinos y científicos del mundo entero a causa de su singular cabeza transparente. Durante todo este tiempo ha sido un misterio el porqué de esta peculiar característica, y ha sido sólo hasta unos días cuando investigadores del Monterey Bay Aquarium, mediante un juego de cámaras especiales fabricadas para estudiar los movimientos oculares de dichos peces, han sido capaces de resolver el misterio.
La conclusión es que este mecanismo le permite al Macropinna microstoma aumentar su capacidad y ángulo de visión para así detectar mejor a sus depredadores. Así, literalmente, el pez ve a través de su propia cabeza.
Si veis las imágenes podeis ver dos puntos oscuros en el frontal de la cabaza; pues bien, esos no son los ojos reales. Los verdaderos ojos de este pez se encuentran en realidad dentro de la cabeza, en forma de dos bolas de color verdoso que son capaces de girar en todos los sentidos y así disponer de una visión parecida a la que puede tener un piloto de un caza de combate.