Esta ilusión óptica, que ya es un clásico, fue creada por Adelbert Ames, y muestra una ventana rectangular que gira ( aunque en realidad se trata de una figura trapezoidal).
La ventana de Ames está montada sobre un eje y este a su vez sobre un motor giratorio. La ilusión comienza cuando la ventana alcanza los 180 grados de rotación y parece detenerse, para luego (aparentemente) invertir el sentido del giro.