Acostumbrados como estamos a ver infinidad de efectos especiales en el cine, pocas veces nos sorprenden los artefactos que vemos en las películas de ciencia ficción. En parte se debe a que en el fondo sabemos que no son reales y que forman parte de la magia que tiene el cine para crear universos fantásticos con seres fantásticos.
Pero al ver una de las máquinas de Festo, la cosa cambia; son reales, funcionan, se mueven como seres vivos y sus diseños son increíbles.
Festo es «una empresa que provee de método, sistemas y equipos didácticos para la formación en automatización y comunicación industrial a las principales Universidades, Centros de Formación Profesional y empresas de todo el mundo».
Para ser una empresa de desarrollo de componentes tecnológicos, ha sabido relanzar magníficamente su imagen dándole un uso diferente a los mecanismos que fabrica. Un punto artístico que pone de manifiesto aquello de que «el futuro ya está aquí», al mismo tiempo que genera belleza en movimiento.
De un tiempo para aquí, han comenzado a profundizar en el campo de la robótica y, entre otros han desarrollado robots o mecanismos (acuáticos y voladores) como el Airacuda, AquaRay, AirRay, AquaJelly, y estos días presentaron el AirJelly (una especie de medusa voladora, de diseño orgánico, pilotada por radiocontrol y que funciona con baterías de Li-Ion, pequeños motores eléctricos y helio).
Todo lo que se pueda decir de estos robots es poco en comparación con lo que debe ser tenerlos delante.
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